El frío y las lluvias llegan, las hojas de los arboles caen y los zapatos cerrados...no entran!
Cada año el paso de la sandalia al zapato cerrado suele ser la actividad más frustante de la época.
Aunque me cuesta decirlo en voz alta, calzo un 41 (también mido 1.80cm) pero es cierto que cuando un fabricante hace un zapato más pequeño de lo normal, aquellas chicas o señoras que tenemos un pie grande nos quedamos sin poder pedir más talla. Por qué? Porque no existe!!!
Asi que muchas veces nos encantan unos tacones o unas botas pero no podemos comprarlos porque más allá de un 41 pequeño no hay nada.
Por no decir que generalmente no es fácil encontrar un 41 en la mayoría de tiendas. El stock es muy bajo y en ocasiones encontrar un zapato que nos gusta y sobretodo que nos viene bien se convierte en una odisea.
Puede que las españolas tengan fama de bajitas y por lo tanto pie pequeño pero creo que también se debería tener en cuenta las mujeres grandes que aunque en España no haya muchas, LAS HAY!
Por eso, animo a todos los productores de calzado a tener un poco más en cuenta a este pequeño porcentaje de mujeres con pies grandes para que el paso del verano al otoño nos resulte un poco menos "doloroso".