lunes, 31 de mayo de 2021

La Habitación Roja y Borja Mompó, de Valencia para Valencia, conquistan La Marina en un sábado de sol radiante

Tras varias semanas de viento y lluvia, el pasado sábado 3 de abril amanecía con un sol radiante perfecto para una nueva jornada de los Conciertos de la Marina de Valencia en la Pérgola de Cervezas Alhambra. Un sábado en el que los valencianos La Habitación Roja y Borja Mompó, actuaban en casa con muchas ganas, después de retomar un ciclo que había estado parado por la pandemia. 


Anna Bermejo. Los conciertos de La Pérgola de La Marina de Valencia es un escenario frente al mar que ofrece un ciclo de música al aire libre cada temporada, cambiando la perspectiva del ocio valenciano y trasladándolo a los sábados por la mañana. Un plan de música directo en un lugar muy representativo de la ciudad que solo se ha parado durante el confinamiento a pesar de que el tiempo no siempre ha respetado. 

 

Sin embargo, el sábado 3 de abril amanecía con un sol radiante, típico de Valencia. Mientras se estaba montando todo en el recinto y haciendo la habitual prueba de sonido, ya se asomaba el sol y se presentía que ese sábado iba a ser un gran día. El tiempo no había acompañado las semanas anteriores, pero este iba a ser especial, de los que recordar como uno de los conciertos clave de la Pérgola, y no solo por el sol. 

 

Recién estrenada La Semana Santa, con días festivos por delante y más tiempo libre, aunque con muchas restricciones aún por la pandemia, este plan de sábado por la mañana se presentaba como el ‘gran plan’ de Pascua. La banda valenciana La Habitación Roja y el también valenciano Borja Mompó inauguraban el mes de abril en un día de sol y buenas temperaturas con el mar de fondo, perfecta combinación. 

 

A las 12h de la mañana aparecía un todavía tímido Borja Mompó, esta vez solo. La voz de la banda Modelo de Respuesta Polar aparecía este año en La Pérgola acompañado únicamente de su guitarra para estrenar su recién iniciada carrera en solitario. Con su primer single Tratar de ser nadie, Borja inauguraba este sábado soleado en La Marina. 

 

No obstante, durante el concierto no faltaron los clásicos temas de su anterior banda cuyos componentes, también valencianos, que estaban en este caso como público, a los que Borja mandó subir al escenario para cantar entre todos algunos de sus temas más populares como Dos Amigos o La Guerra y Las Faltas, esta vez en una versión más acústica. Poco a poco, el cantante que suele cantar con los ojos cerrados, fue dejando su timidez a un lado y cada vez que iba abriendo los ojos se iba dando cuenta cómo iba aumentando el aforo, cada vez había más gente, cada vez había más ganas de música, cervezas y disfrutar con amigos de este sábado de conciertos. 

 

Uno de los momentos más emotivos fue cuando Borja Mompó invitó a su amigo Manolo Tarancón a cantar Reloj de Plata, la preciosa canción de Quique González. Tarancón aprovechó para reivindicar más eventos como este en un momento tan complicado para la música, defendiendo así que la cultura es segura. 

 

El concierto, que a la vez se retransmitía en directo a través de la página de Facebook de La Marina de Valencia, tuvo numerosas reacciones de los espectadores después de este momento apoyando las palabras de Manolo Tarancón. 

Y tras cerca de una hora de concierto de Borja Mompó y con el aforo de 400 personas ya al completo, aparecían La Habitación Roja con una gran ovación nada más pisar el escenario. Había ganas de esto de música, pero sobretodo había ganas de volver a disfrutar de La Habitación Roja después de tanto tiempo sin verlos en los escenarios. 

 

Jorge, Pau, Marc y José, estaban en casa, en su ciudad, acompañados mayormente de amigos y familiares. Se notaba que estaban cómodos, era como un concierto privado para sus más fieles, pero también se notaban las ganas de la banda, las mismas o más que las del público asistente. 

 

Con una discografía muy extensa, pues llevan desde el ’98 publicando nuevos trabajos, eligieron los mejores temas de su larga trayectoria. El público entregado cantó hasta la última estrofa y, aunque no se podían levantar de la silla por las nuevas medidas, allí se bailaba como se podía y se interactuaba. Incluso con la mascarilla puesta, los que no estaban bebiendo cerveza o vermut, se sentían las sonrisas, los gestos de complicidad entre amigos y esa conexión entre público y banda. 

 

Repescaron éxitos de su discografía como Ayer, El Eje del Mal, Scandinavia o La Segunda Oportunidad que, aunque pasen los años, siguen triunfando y nunca fallan en cualquier concierto que dan, especialmente en los festivales de música a los que suelen acudir cada verano, exceptuando el pasado por la pandemia, claro. 

 

Y para terminar el concierto, no podía haber mejor elección que acabar con el clásico Indestructibles, el tema que hizo que el público saliese de este recinto al aire libre y al lado del mar en un día de sol y buenas temperaturas, con una sensación de haber vuelto a disfrutar de la música que tanto tiempo había estado parada en un entorno increíble y agradable como es La Marina de Valencia, que durante un día parecía haberse convertido en un evento privado entre fieles seguidores de los protagonistas, amigos y familia. La mayoría se reconocían la cara de anteriores conciertos, o los ojos en este caso, y todos se dejaron la voz a cada tema. 

 

Sin duda, un buen sábado de Pascua, pero sobretodo una buena forma de seguir luchando y apostando por una cultura segura que nos permita evadirnos de este tiempo tan difícil que estamos viviendo. 

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